martes, 5 de febrero de 2013


Todos queremos esa relación perfecta… esos amores de película que siempre empiezan mal pero que por C o B, sabes que acabarán bien. Pueden discutir, odiarse, insultarse que siempre al final se tragarán todo su orgullo. Pero en cambio, en la vida real no es tan sencillo. A nosotros nos cuesta la misma vida decir un te quiero tanto como pedir perdón. Nos cuesta confiar en alguien y abrir las puertas del corazón después de que nos hayan hecho daño. Aquí nadie te escribe el guión que tienes que seguir, todo se improvisa y la mayoría de las veces la cagamos y no hay nadie que diga: ‘’¡Corten, repetimos!’’. La vida es muy puta y puedes llegar a odiar sin darte cuenta. Aquí nada es sencillo. Aquí las lágrimas no son artificiales, son de verdad. Aquí el dolor te duele, no se va cuando se naja el telón. En la vida real te hacen daño, te rompen las ilusiones y no viene nadie detrás a retocarse el maquillaje. Te gustaría ser una de ellas pero no en la vida real, porque aquí tu príncipe azul nunca llegará a su hora, o puede que no llegue nunca.

Miedo a volverte a enamorar







Porque siempre tenemos miedo a cometer el mismo error, miedo a recordar lo que pensamos que está olvidado, miedo a volver a mirarle y volverte a enamorar después de todo…
Miedo a no haber aprendido la lección… pero no podemos hacer nada cuando el propio miedo es nuestra propia felicidad.